Hay circunstancias, cuya comprensión siempre escapará a nuestra limitada racionalidad. Una de ellas ocurrió en el año 2012, luego de estar en una especie de “lapso selvático” o “impasse imposible” durante los dos previos…
¡Cómo fluye el tiempo y nosotros con él!
En el mes de febrero de ese año, unos amigos norteamericanos, me pidieron que les fuera a solucionar un problema con la cubierta de su villa, ubicada en Sámara. Éste hecho, aparentemente intrascendente, motivó que se retomara el contacto con los dueños del HVPS quienes, a su vez, me pidieron que les ayudara con un problema similar en otra villa y con la nueva recepción del hotel. Así, desde marzo hasta mayo, de manera casi mágica, empecé a reejercitar mis capacidades creativas y al concluir el decorado de su amplio y abierto salón, se abrieron otras posibilidades, absolutamente inesperadas.
RECEPCION – HOTEL VPS
(Y algunos de los miembros del equipo de trabajo)

El proyecto original, había sido desarrollado por el Arq. Diego Gutiérrez y los planos, bajo la responsabilidad profesional del Ing. Julio Chinchilla, además del área de la recepción, incluía un SPA, en la zona posterior de la misma, la oficina de promoción de los tours del hotel (Monkey Tours) y una área de Bar, junto al Restaurant Arrecifes, en los que se concentró la siguiente fase; sin embargo, mientras se hacía un replanteamiento en la configuración del área de masajes, los propietarios decidieron que había que darle prioridad al Bar, que debería tener una barra en curva.
Al trazarla, la primera intención fue la de crear el cuerpo de un inmensa boa; no obstante al conjugarse todas las energías del lugar, del grupo y de los dueños, en el proceso empezó a surgir un planteamiento con características únicas…
Este esquema, en su esencia, nos sacudía todas las bases mismas de la construcción tradicional y especialmente, a todas las tendencias de la llamada “arquitectura sostenible” porque, si bien ésta tiene intensiones muy loables, no pasa de ser una tendencia importada, completamente artificial (y artificiosa) y que adolece de un profundo divorcio con nuestra realidad. Su planteamiento y aplicación, obedecen a un esquema ideológico que se queda en un plano muy superficial, en el que ni las propuestas, ni los productos y ni los procesos utilizados han sido investigados, comprobados o sometidos a pruebas en sitio, lo que provoca serias dudas en relación con su “cacareada” inocuidad.
Ante la oportunidad que se nos presentaba y sosteniendo las grandes interrogantes que me surgieron luego de haber participado en la fundación del Consejo de Construcción Verde, nos sumergimos en la experimentación con recursos locales. Con ellos, paulatinamente, la huella ecológica empezó a diluirse al comenzar a explorar materiales como distintas maderas, cáscaras de coco, jícaras, conchas, piedras de colores, hojas, distintos tipos de arenas, etc. La paleta fue enriqueciéndose en un laboratorio al aire libre que empezó a producir prototipos de las más variadas cosas y formas, y que contó también con el inestimable soporte técnico de la gerencia y del personal de Fibrocentro S.A. Sin el apoyo de Don Orlando Odio, de Adrián y de Javier Hernández, difícilmente habríamos alcanzado un efecto como el que nuestro equipo logró, mediante la combinación de todos sus recursos y del uso de resinas naturales y epóxicas para conformar los distintos elementos del bar.
Toda esta preparación se fue gestando siguiendo los pasos de un mítico Gaudí y de su obsesiva lectura de la Naturaleza, por ejemplo, como cuando escribe: “el gran libro siempre abierto y que hay que hacer el esfuerzo de leer es el de la Naturaleza; los otros libros han sido extraídos de éste y además contienen las equivocaciones y las interpretaciones de los hombres”.
(Esta licencia tiene una excepción particular, porque mi profunda identificación con el maestro catalán alcanzó su punto más alto, cuando descubrí que había nacido exactamente ciento un año antes que yo.
La experiencia desarrollada, en su momento rindió tributo a su portentosa herencia acaso, un minúsculo intento, en comparación con el del austríaco Friedensreich Hundertwasser…)
Las características inherentes de los materiales locales, impusieron su propio “trencadís” con un acento único, en nuestro caso, absolutamente tropical:

Uno de los ingredientes claves, en el proceso, fue que todo el grupo estuvo constituido por personal de la zona, de un altísimo nivel de calidad y una inusual disposición creativa completamente abierta para aprender nuevas técnicas.

Grupo a cargo del maestro constructor Orlando Castrillo (Segundo en el orden usual, de pie)
Abajo; los “artesanos”: Johan Wells, Daniel Alvarado y Joaquín Alemán. De pie conmigo, los hermanos Mora y Olivier Castillo, ayudante. (Foto tomada el 25 de mayo del 2012)
COROLARIO…
Luego de esta intensa experiencia, verdaderamente indescriptible, en setiembre del 2012, concretamente el día 5, a eso de las 8:45 am se produjo un violento sismo de 7,6° en la zona (https://www.24horas.cl/internacional/terremoto-en-costa-rica-296397) lo que, obviamente, provocó que se tuvieran que suspender todos los trabajos que veníamos haciendo.
Como suele suceder con este tipo de eventos, el proceso de reparación y reconstrucción de las instalaciones del hotel demoró muchos meses, al cabo de los cuales, se debieron reorientar muchas de sus áreas. De ellas, la única que se conservó integralmente fue la de la Recepción, que sigue funcionando, tal y como fue concebida, lo que produce un sentimiento ambivalente y contrastante, por un lado por los logros, por otro por las gravísimas pérdidas del terremoto y por no haber podido continuar con la investigación en sitio…
A pesar de todo eso, después de tanto tiempo, sigue prevaleciendo un muy agradable sabor por la experiencia desarrollada y por la capacidad de todos los involucrados, quienes enarbolaron la bandera de la innovación y de la experimentación, más allá de todas las limitaciones habituales, (culturales y económicas de los proyectos normales.)
Al respecto, con total sinceridad, debo reconocer el tesón y el impulso de los dueños del proyecto, los señores Brisson (especialmente Louis, Luisa y Philippe) quienes con una visión verdaderamente inusual en nuestro medio, continuaron adelante, contra viento y marea y a pesar de las adversidades, acaban de inaugurar, junto al complejo original, uno de los mejores hoteles, no sólo del país, si no de la región: el Azura Beach Resort.

AZURA BEACH RESORT






¡Nuestras más sinceras felicitaciones para ellos y su equipo, por este extraordinario proyecto hecho una realidad!