1.

Durante muchas noches
te ha visto recorrer
mi vasto litoral con pasos de laguna:
y en tu esplendor de mariposa
que despliega sus alas
volaste hacia mi llama,
sin alcanzar arder.

2.

Te vi danzar
mostrando tus ondulaciones
de miel extravagante:
¡Te vi danzar!, como un sueño
detrás de una vitrina inalcanzable;
y me sonreías desde la otra ribera,
con una voz secreta y atrevida:
¡Nube absorta en el juego del viento!
¡Lúdica ráfaga!,
que naufragaste en una hoguera extraña.
¡Pez más abajo del agua!,
Danzando furtivo
alrededor de mi anzuelo sin carnada.
¡Inútil pescador de auroras!
¡Caminante secreto!
¡Persistente esperanza!

3.

Récodo siniestro que se inflama
en la impotente mirada
de tu presa ternura insatisfecha.
Muda nave que por miedo a la borrasca
nunca alcanzó mi puerto;
¡fértil llanura arada por otras manos!,
mi lluvia – aunque la esperes-
aún no ha de caer en tu semilla latente.
Seco pozo que multiplicaste mi sed
con el silencio evasivo de tus duros ojos bajos.


EPITAFIO

Mientras vivan los que vivieron conmigo, ¡viviré!
Viviré en las obras que planté a mi paso.
Viviré en el encuentro lúcido
de mi recuerdo con los vivos, ¡Viviré!…

¡Moriré cuando una vida nueva
haya borrado ya mis huellas!
Moriré sin dejar rastro alguno.
Moriré y ya no ser  más…


POST-SCRIPTUM

¡Mujer!, si te volviera a encontrar
– aunque fuera en otra vida-
recorrería el umbral de lo pasado
y sin parar volvería a estar dentro de tí…