Apuntes astrológicos sobre el Mapa de Costarica

Uno de los grandes retos de la investigación astrológica en nuestros países centroamericanos y especialmente, en nuestra nación, Costarica (vocablo ancestral con el que se conocía a este lugar, antes de la llegada de los españoles, tal como lo consignó el investigador Dionisio Cabal en varias de sus obras), es que no existen fuentes rigurosas y confiables en las que, sistemáticamente se haya ido acumulando un acervo de información y de conocimientos que interpreten nuestra propia realidad de manera consistente, desde esta óptica; mucho menos, nada que pueda parecer siquiera una verdadera tradición astrológica.

Este aspecto ha inducido a dar por ciertas, confusas hipótesis que no tienen ninguna relación con la esencia de los principios astrológicos y mucho menos con lo que somos. Por ejemplo, en una gran cantidad de las escuelas de la Astrología Mundial, se toma la misma fecha para el establecimiento de las cartas astrológicas de todos los países de Centro América, cual es la fecha de su independencia de España, el 15 de setiembre de 1821. Evidentemente, esta hipótesis resulta insostenible por las marcadas diferencias de nuestros pueblos y sus disímiles experiencias particulares.

Ante estas dudas, me propuse el reto, hace más de 20 años, de establecer, a través de un programa de observación empírica y de la manera más precisa posible, el momento en que Costarica, surge como una realidad nueva y distinta, única.

Luego de muchas pruebas con fechas y acontecimientos claves en nuestra historia; accidentalmente, llegaron a mis manos, en esa época, las crónicas del cuarto viaje de Colón, en las que se describe su llegada a nuestras tierras. (En nuestras tradiciones, con frecuencia se menciona que fue Colón quien por primera vez, le dio el nombre a nuestro país, pero en estudios recientes, se demuestra que así era llamado por sus aborígenes y probablemente, él lo oyó y así lo consignó en su bitácora).

Investigando sobre las condiciones en que se produjo su arribo, encontré referencias del mismo Colón sobre sus maltrechas naves que, al parecer habían sido azotadas por una descomunal tormenta. Una de las premisas utilizadas en este proceso de “prueba y error” fue partir del hecho de que su llegada a nuestras tierras debe haberse producido en horas del día, pues ninguno de los navíos disponía de velas, ni de timones, por lo que deben haber sido arrastrados a tierra por el viento (en las noches, el viento corre de la tierra hacia el mar).

Otro indicador fue que, según las anotaciones de Colón, él deseaba tocar tierra “antes de que Saturno estuviera en oposición”… Ante estos datos y después de múltiples pruebas, se estableció como promedio de la hora de llegada, el mediodía.
Lo sorprendente del mapa levantado para ese momento, es que es extraordinariamente coincidente con las condiciones que definen nuestra realidad y todos los datos, incluso los investigados como fechas claves posteriores, podían considerarse como cartas derivadas de esa del 18 de setiembre de 1502.
Durante los años subsiguientes, este “hallazgo” ha sido presentado en diversos foros, en los que se ha constatado su rigor y validez. También ha sido tomado como base para las proyecciones anuales locales que se han publicado desde hace más de 15 años.
Todo esto, nos ha permitido establecer un marco de referencia real de patrones astrológicos específicos sobre nuestra realidad nacional, que resumimos acá:

Este mapa nos revela, en principio, al Sol en la Casa Novena, al Medio Cielo y a Marte en Libra, en la Casa Décima, lo que puede relacionarse con la aguerrida defensa de la vocación pacifista de nuestro pueblo. Esa posición del Sol en la Novena, coincide con el profundo fervor religioso que muestra su pueblo, aunque también suele relacionarse con un reglamentismo exagerado que, por lo general, impide la ejecución eficiente de los proyectos o las gestiones institucionales.

En este caso, la presencia de Mercurio (la mente) en Virgo en la Casa Novena, es un indicio de esa misma situación, pero traducida en minuciosidad y en un burocratismo excesivo. Un aspecto simpático, es que a Virgo se le suele asociar con lo pequeño y con cierta tendencia a la minimización de las cosas y al estar, en la Casa Novena (el extranjero) no debería extrañarnos el hecho de que seamos conocidos, en todo el mundo, como “ticos”, (porque aquí todo es “chiqui-tico”).
Esta misma casa, también se relaciona con los estudios universitarios, área en la que parece inconcebible que un país de sólo 51400 km2 y de poco más de 4.5 millones de habitantes, existen 5 instituciones públicas y 52 privadas de Educación Universitaria y no dan a basto..
Virgo, es el signo de la Salud y del trabajo (Casa 6) y tampoco debería sorprendernos, el prestigio que gozan nuestras Escuelas de Medicina en el Exterior (de nuevo la casa Novena). En ese mismo sector del mapa, la Casa Sexta, encontramos a Saturno en Cáncer (el estómago) y a Júpiter en Géminis (los bronquios y la piel). Ambos casos podríamos relacionarlos con la gran incidencia local de enfermedades gástricas que nos ubican en un triste primer lugar en el mundo, en cuanto a estadísticas sobre este tipo de patologías y también con la altísima tasa de problemas respiratorios y alérgicos que afectan al costarricense.
Saturno es responsabilidad, deber ineludible y Júpiter es expansión, por lo que al estar en el área de la salud, tampoco debería sorprendernos el inmenso aparato institucional que poseemos, a pesar de ser un país con una gran limitación de recursos económicos. No cabe aquí juzgar su eficiencia, sólo la desproporción comparativa entre las mismas áreas de los países centroamericanos, los que más bien, han sido beneficiados con nuestro sistema de seguridad social.

Parte del efecto de Saturno en la casa del Trabajo, en Cáncer (la Mujer y la Familia) puede asociarse con la enorme responsabilidad que, históricamente ha asumido la mujer costarricense en el mantenimiento de la familia; relacionado con esto, Júpiter (el extranjero) en Géminis (los hermanos) en la misma casa, de nuevo podría ser un buen marco de referencia para el gran atractivo que tiene nuestro país para los hermanos centroamericanos como fuente potencial de trabajo.
También en relación con el tema laboral (Casa Sexta), Júpiter (expansión) en Géminis (comunicación) refleja la gran profusión de medios en este campo, alcanzada por nuestro país.
Volviendo al tema de la familia (Casa Cuarta) encontramos una poderosísima Luna en Tauro, la que podríamos interpretar como la inclaudicable necesidad que expresan nuestras familias tanto en la búsqueda de su casa como en el hecho de que éstas deben contar con áreas verdes o patios. Y aquí, se puede encontrar uno de nuestros más firmes valores: ese apego indescriptible a la tierra (Tauro) y a la herencia familiar y patrimonial (Cáncer – Capricornio o Luna – Saturno), lo que se relaciona directamente con la enorme importancia de los programas de desarrollo habitacional, impulsados por los últimos gobiernos y también con los programas de conservación ambiental o ecológica, que son objeto de reconocimiento internacional y uno de nuestros mayores atractivos turísticos. (Saturno, – regente del Ascendente, en la Casa 6 (= Virgo, el Ambiente) en sextil dispositante con la Luna en Tauro en la casa Cuarta (el territorio nacional) y también dispositando a Mercurio en Virgo en la Casa Novena).

Dada la importancia del tema familiar para el costarricense, parecería inconcebible el alto nivel de violencia doméstica. Varios son los indicadores que aparecen en el mapa: si se observa a Marte (el hombre) en Libra, está en una condición debilitada, mientras que la Luna (la Mujer) en Tauro, aparece fortalecida. Marte está en la Casa Décima, el poder, lo que describiría a un hombre que busca su esencia dominante pero que sucumbe ante el dominio sutil de la Madre que lo condiciona. Como es un acto inconsciente, su reacción tenderá a ser violenta (Nodo Norte en Aries en la Casa Cuarta en Oposición a Marte – el agresor). Tanto el Nodo como Marte, presentan líneas de tensión con Neptuno (el inconsciente) en la casa Primera (el Individuo y su personalidad). El mismo efecto se repite con Cáncer en el Descendente (el Matrimonio). Afortunadamente los desencadenantes de tal efecto, son cíclicos.
Si bien, la raíz de la violencia podría tener un componente socioeconómico, agravado por el paso de Neptuno por la Casa Segunda (el dinero), existe un elemento desestabilizador de los principios éticos y religiosos que inciden en la estructura de las relaciones afectivas y que está caracterizado por Venus (la Atracción) en Leo (la pasión) en la Casa Ocho (el Sexo y lo misterioso).
En este punto, las necesidades pasionales se tienden a expresar solapadamente tras el justificante de una doble moral con elementos lúdicos (Leo), la necesidad de recompensa sensual (Venus) y la de castigo (Escorpión = Casa Ocho).
Al ocurrir en signos fijos, la necesidad de libertad es drásticamente condicionada por la rigidez de la Luna en Tauro (posesividad) en la Casa Cuatro (los derechos de la familia que deben ser defendidos) y la reacción natural suele ser violenta. Plutón en Escorpión (pasión irrefrenable) en la Casa Once, añade otro elemento peligroso, ya que dificulta la definición de los límites entre las relaciones amistosas.

Puede existir también un factor externo, que haya contribuido a aumentar los niveles de violencia intrafamiliar. Júpiter en Aries -cúpide de la Casa 4 (la familia) en cuadratura con el Ascendente en Capricornio y Plutón, regente de Escorpión, opuesto a Saturno en Cáncer (la familia), ésto podría interpretarse como el establecimiento de patrones aculturizantes que están afectando tanto el área de las relaciones como la de la salud (Casa Seis), Plutón – la violencia irracional, Júpiter y Sagitario – lo extranjero, la cultura, lo ético, en Virgo – las costumbres y la salud).
No cabe duda de que el trígono de Urano (altas tecnologías, Radio, Televisión, comunicaciones satelitales, etc.) interviene como un dinamizador en este proceso de cambio ideológico y empresarial en el área de las telecomunicaciones.
Estos elementos, también pueden ser indicadores de niveles de tensión en las relaciones internacionales en las que la globalización deja a nuestro país en condiciones muy vulnerables. Opuesto a la Casa Ocho (los recursos de los demás) que simbolizaría el sistema bancario nacional, encontramos a Urano (el anarquista) en Piscis (los sueños) en la Casa Segunda (las posesiones), lo que nos da un cuadro muy preciso de las condiciones financieras del costarricense, algo así como un continuo subibaja, atenuado por una descomunal habilidad negociadora (trígono de Urano con Júpiter en Géminis) con destellos geniales, pero inconstantes, con una generosidad (Piscis) bien intencionada pero, al mismo tiempo un poco interesada (Géminis).
Y hablando de Piscis, encontramos a su regente, Neptuno en la Casa Primera (la personalidad). No cabe duda de que es uno de los elementos más reveladores de la forma de ser de nosotros, los “ticos”. Con esta posición, al individuo le resulta muy difícil tener una percepción clara de lo que es y de cómo le perciben los demás. (Podría ser descrito como un mitómano, que cree que todo el mundo lo está observando y que siempre estará dispuesto a ayudarle…)
Es una imagen confusa que le induce, también, al despiste y a veces al descuido (sobre todo con la cuadratura que aparece entre Marte y Neptuno). Ese factor lleva a la impulsividad. En lo particular, cuando debería decir que nó y dice sí, sin estar convencido del compromiso que está adquiriendo.
También podríamos relacionarlo con la necesidad de evasión a través del alcohol o de las drogas, incluido el tabaquismo o cualquier tipo de automedicación, exponiendo a la población a una creciente violencia derivada del tráfico de drogas, de nuevo, Neptuno en tensión con el Marte natal. Este es un aspecto que debería de observarse con detenimiento ya que el promedio de los costarricenses no soportan la exposición prolongada a situaciones de tensión. Si ubicamos a Neptuno en Capricornio – el Ascendente, podríamos concluir que se busca, en todas las formas imaginables, una situación de seguridad total, es su sueño individual, pero por lo general éste sucumbe en sus nebulosas interiores, por lo que busca aferrarse a valores conocidos y estables como la familia o la religión (en especial, a la Virgen de los Angeles o a Jesús) o la figura de la Madre o del Padre. En este sentido, es muy curioso el hecho de que la mayoría de los últimos gobernantes: Carazo, Monge, Figueres y Rodríguez, Pacheco, han sido o son de signo Capricornio, como también lo es el ascendente del mapa que nos ocupa y de la actual presidente, (en un lapso de 63 años, sólo tres presidentes no poseen su Sol en este signo y de algunos, no podemos asegurarlo, por cierto misterio, en sus datos natales) Es como si inconscientemente se identificara a éstos personajes con la imagen de la seguridad y la estabilidad deseada… una especie de Padre Cósmico, representado por Saturno, rector de Capricornio. Este ascendente, le confiere al costarricense un carácter taciturno, apacible, aparentemente firme y tranquilo, que esconde una naturaleza telúrica y volcánica, como la de las cordilleras que conforman la orografía de este maravilloso país. El que mezclado con Neptuno en la Primera, provoca un efecto inverso a la naturaleza ambiciosa de Capricornio y que se manifiesta en una actitud que no espera (solo la ayuda del gobierno) y por lo tanto, todo lo que recibe, es ganancia y por eso suele percibirse como una persona feliz, con su habitual ¡pura vida! aunque “se lo esté llevando un trueno”.

En síntesis, desde una perspectiva objetiva, Costarica, posee incontables riquezas y un nivel de instrucción en su población que lo podrían catapultar como un centro de desarrollo regional, pero en vez de esto, que le garantizaría un nivel mayor de calidad de vida a su población, por diversos factores, más bien, ha tendido a “centroamericanizarse”, lo que se refleja en el cambio radical del tradicional carácter del “tico” y en su forma de expresarse… lo que se confirma con la evolución y la validez del Mapa de Costarica…

Aventurando hipótesis sobre las tendencias de Costarica para este año 2011:

¿Podemos sacar conclusiones, en especial por la potencia neptuniana que refleja este mapa y los tránsitos del mismo?