La MÚSICA, al igual que todas las demás formas de expresión artísticas, ha sido una compañera permanente en mi transitar, como decía al principio y en ésto, desempeñó un papel preponderante, la influencia familiar, en especial, por el lado paterno; sin embargo, aun cuando practiqué acordeón en la juventud, con el mejor profesor de Música que pude haber tenido, Jesús Watson, en el Liceo José Martí, la voz ha sido mi principal forma de expresión. Lo que no deja de ser paradójico, porque  a pesar de haber practicado por años, el canto y la improvisación -particular forma de composición efímera, así como la poesía, curiosamente nunca me resultó fácil establecer, en mis creaciones, un vínculo entre las dos, ya fuera en forma de canciones o de arias, salvo en una experiencia indescriptible, cuando me enfrenté a la necesidad de adaptar el Duelo de la Patria en una versión coral, como ya me he referido en El Litoral del Sueño.

En la trayectoria coral, tuve el privilegio de participar bajo la batuta del Maestro Jesús Watson, en el Coro del Liceo José Martí; la de los Maestros Carlos Enrique Vargas y Bolívar Ureña, en el Coro de la Universidad de Costa Rica, de Marco Dusi en el Coro Sinfónico, Mary Peck (qdDg) en el Coro de Cámara Antakarana y Angela Cordero en el Córo de Cámara Surá.

Luego del triste deceso de la Maestra Mary Peck, el excepcional profesor ruso, Gourguén Makartichian, fue mi tutor por varios años. Su capacidad hizo que mi registro se ampliara y esto permitió que pudiera enfrentarme a arias de ópera que jamás hubiera podido de no ser por su guía y maestría.

Entre muchas, la ópera con la que más me identifico, es la Flauta Mágica de Mozart. En ella, el rol de uno de sus personajes principales, SARASTRO (Bajo), incluye las dos primeras arias que canté como solista:

Oh Isis und Osiris

In diesen heil’gen Hallen

Es de sobra conocida la inclinación de Mozart, por los temas esotéricos y en esta obra, hay una serie de referencias a los ritos masones de iniciación, así como el eterno dilema de la “lucha entre el bien y el mal”, enmarcada en este caso, en el antiguo Egipto. V. REFENCIAS RELIGIOSAS

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Aún cuando pareciera no tener relación con el tema de la Ópera, es innegable la influencia que sobre el pensamiento occidental ejerce la cultura egipcia, de manera sutil y subliminal en algunos casos y directa y concreta en otros.

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Volviendo a la música y a la ópera, al igual que hablábamos de los egipcios, Mozart sin duda, es una fuente inagotable de la que Rossini, bebió a sus anchas > V. ¿INFLUENCIA MOZARTIANA O PLAGIO ROSSINIANO?

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En la Ópera nada es fácil, pues confluyen en cada instante, todas las artes.
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Otra que se “las trae” y por algo fue la favorita de Giuseppe Verdi, de su Don Carlo, es el aria de Fillipo, Ella giammai m’amo (Ella jamás me amó)

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O la de Simón Bocanegra, también de Verdi, el aria de Fiesco, Il Lacerato Spirito)

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En La Bohemia de Puccini, hay una que obliga al Bajo a volar por la estratosfera de su registro, es el aria de Coline, Vecchia Zimarra.

Esta aria es tan alta que Enrico Caruso, hizo una grabación de la misma a pesar de ser tenor.
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Otra que, a pesar del avance, es casi inalcanzable y prueba de ello es que Carusso también la grabó, es la “canzonetta” “Deh vieni a la finestra“, del Don Giovanni de Mozart, que también es conocida como la Serenata de Don Giovanni.

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En el gusto popular, se anclan mejor las arias de los barítonos, como la anterior; sin embargo, hay una impresionante lista de joyas mozartianas:

MADAMINA, IL CATALOGO (DON GIOVANNI)

LA CI DAREM LA MANO (DUO DE ZERLINA Y DON GIOVANNI)

SE VUOL BALLARE (LAS BODAS DE FÍGARO)

NON PIU ANDRAI (LAS BODAS DE FIGARO)

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Pausa. una breve pausa, como Amarga Elegía, saltándonos los siglos, “ne me quitte pas!” 

Y otra, con RAZÓN DE VIVIR de Víctor Heredia

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A propósito del 2012 y las tenebrosas profesías, parecen adecuadas las Arias:

He encontrado un enlace en esta misma plataforma y como muestra, el primer movimiento del Concierto en Si Menor, op. 104 de Antonin Dvořák, interpretación excelsa de la desaparecida cellista británica, Jaqueline Du Pre (1945-1987), acompañada por la Orquesta Sinfónica de Chicago, bajo la dirección del argentino Daniel Baremboim (quien fuera su esposo) y en una grabación de 1970:
http://dosostenidomenor.wordpress.com/2010/11/02/concierto-para-violonchelo-y-orquesta-dvorak/

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