No deja de ser paradójico que sea China la que está marcando la pauta en la evolución económica mundial, tratándose de una “dictadura del proletariado” que le dió la espalda a su espiritualidad ancestral, esclaviza a su pueblo en un “dumping social” escandaloso y compra las deudas de todos los países, incluida España, para hacer que se mantengan bajas las tasas de interés y los tipos de cambio, como medida directa para aumentar el consumo de los “productos fabricados por empresas chinas, en China y por mano de obra china. No deja de ser paradójico porque la oposición de Saturno a Júpiter, ha marcado tradicionalmente puntos cruciales en las crisis económicas en el contexto global, pero el retorno de Júpiter a Capricornio y la presencia de Plutón en Capricornio, revelan una tendencia hegemónica de la Economía China sobre las tradicionales, reeditando una prevalencia de teorías económicas, que aparentemente ya habían sido superadas.

La inminente entrada de Neptuno a Piscis, con el marco de tensión en el que estamos y que muy pronto tendrá a 6 planetas en Aries, con la oposición Saturno/Júpiter y la cuadratura a Plutón en Capricornio, viene a completar su aplastante demolición de los sistemas religiosos tradicionales y que derivará en el enfrentamiento de la tradición judeocristiana con la musulmana (de nuevo Júpiter/Saturno) También éstos dos protagonistas aparecen desestabilizando la Unión Europea (dentro de la misma tendencia, al igual que la mayor parte de Latinoamérica y Estados Unidos)

De manera inmediata, tenemos una impresionantemente tensa configuración. el 26 de marzo del 2011, calculada por Javier Reinoso, extraordinario astrólogo, investigador y programador, promotor del Foro de Astrodreams (http://www.astrodreams.com/foros)

La pregunta básica: ¿vamos los latinoamericanos a participar en una “guerra santa” que no tiene ninguna relación con nuestras culturas ancestrales y cuyos fines son esencialmente económicos?

Evidentemente, todas nuestras herencias están contaminadas o sus visiones entremezcladas, lo que hace que carezca de sentido que, la humanidad sea arrastrada por un conflicto de ésta naturaleza, de no ser porque devendrá como uno de exclusión ambiental-ecológica (Neptuno, Urano y Plutón) marcada por la expansión abusiva de los recursos, el calentamiento global y los desastres nucleares, como el que está ocurriendo en Fukushima, Japón (V. Artículo)

No lo planteo como teoría, porque aún no ha sido demostrada; sin embargo, al rastrear en los documentos y en los símbolos de nuestras culturas, parece que se cumpliría lo dicho por Hegel: “América, es el país del porvenir” y esa estructura ideológica, parece contener las bases de la sobrevivencia de la vida sobre la Tierra, como ha expuesto nuestro Wayra Katari, Carlos Milla Villena en el Ayni y que analizáramos en “Hacia una Astrología Mestiza“.

Como visionarios(as) astrólogos(as) debemos urgar en el futuro… sin dejar de extraer del pasado, la experiencia que nos permita evitar los errores cometidos y que nos han traído hasta el borde del colapso.

Aunque este pueda ser el ideal de los que habitamos este continente, a la humanidad le falta muchísimo para llegar a alcanzar un nivel de civilización armónica y antes, deberemos enfrentar fases de “desintoxicación” y concientización que no se anuncian como suaves y mucho menos sencillas. Este cambio, aparece relacionado con el final del ciclo de 26625 años, en el solsticio de Invierno/Verano del 2012, del Calendario Maya (establecido en el siglo IV EC, también con Plutón en Capricornio, el que como la “calma que precede a la tormenta” formará Grandes Trígonos de Tierra, en marzo y en mayo del 2012 y luego de un ciclo de tensiones, marcará un hito en la historia en los primeros meses del 2020, con la conjunción de Saturno, Júpiter y Plutón, que se mantendrá prácticamente durante todo ese año, en Capricornio.

Una valoración preliminar de ésta configuración parecería indicar la desaparición de la Unión Norteamericana y la instauración de un nuevo Orden Mundial, pero a diferencia de las expectativas en los clubes de poder occidentales, no sería de extrañar que corresponda a una alianza de países musulmanes y de las potencias emergentes de Oriente.

¿Necesitaremos 1200 años para el resurgimiento de la cultura de Paz, anunciada por nuestros ancestros?